lunes, 15 de febrero de 2010

En la abadía de Westminster en la tumba de un obispo anglicano aparecen inscritas estas palabras:

“Cuando era joven y libre y mi imaginación no tenía límites, soñé con cambiar el mundo. Al crecer y
adquirir sabiduría descubrí que el mundo no cambiaría, de modo que reduje un tanto mis propósitos y
decidí cambiar solo mi país. Pero también pareció inamovible. Al alcanzar la madurez, en un último y
desesperado intento me contenté con cambiar sólo a mi familia, aquellos más cercanos a mí; pero ¡Oh
sorpresa! No lo aceptaron. Y ahora mientras estoy en mi lecho de muerte, repentinamente me doy cuenta
de que si tan solo me hubiera cambiado primero a mí mismo con el ejemplo hubiera cambiado a mi
familia. Con su inspiración y aliento podría haber hecho mejor a mi país y, tal vez incluso habría
cambiado el mundo”

Algo de inspiración ;) un empujoncito que nos ayude a ponernos al día esta semana!

besos

No hay comentarios:

Publicar un comentario